Frentes Políticos | 28 abril 2024

1. Defender la continuidad. El segundo debate debe ser el escenario donde Claudia Sheinbaum justifique por qué la continuidad es la respuesta a los desafíos de México. Deberá enfrentar las críticas sobre la economía titubeante y una estrategia de seguridad que muchos ven insuficiente. Llegará preparada. Juan Ramón de la Fuente, coordinador de los Diálogos por la Transformación, señaló que los temas a abordar ya han sido estudiados durante la campaña de la abanderada de Morena. Habrá propuestas, “porque Sheinbaum las tiene”, dijo De la Fuente; más de 300 “diálogos” enriquecen el proyecto. Escuchemos.

2. Innovación o retórica. Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, enfrenta el desafío de destacar en un campo donde ser diferente puede ser tanto un riesgo como una recompensa. En el debate debe trascender su habilidad para presentar un plan tangible que marque una clara diferencia con el gobierno actual. No pelear. El escrutinio sobre su capacidad para implementar cambios reales está al rojo vivo. Dicen que se vio nerviosa en el primer debate y se vislumbra ahora mejor plantada. Que los consejos de sus asesores marquen diferencia.

3. La carta del cambio. Jorge Álvarez Máynez, el menos favorito según las encuestas, y quien se presentó en el primer debate como “Jorge Máynez”, tiene la necesidad imperiosa de redefinir su imagen. Debe aprovechar este debate para presentar ideas audaces que lo distingan como la verdadera alternativa al statu quo. ¿Puede convencer a los votantes de que su visión es la solución a sus preocupaciones cotidianas o su discurso se diluirá en el mar de la política de la estridencia? Hasta el momento, lo que ha hecho no le es suficiente para salir del sitio donde comenzó. La oportunidad para sorprender es ahora o nunca. ¿Tiene con qué?

4. Camaleónico. Adaptarse a nuevos escenarios es una virtud en la política. Marcelo Ebrard, el excanciller, y quien tuvo la probabilidad de candidatearse a la Presidencia, llegó a manifestar su descontento con el proceso interno para seleccionar al candidato, y hasta se especuló sobre su posible candidatura independiente o su salida de Morena. Pero no se fue. Fiel soldado de las luchas de la Cuarta Transformación jugó un papel fundamental en la consolidación de este gobierno, sobre todo en la época de pandemia. Ebrard merece algo más que andar “volanteando” en las calles. No le hagan eso.

5. Liderazgo cuestionado. ¿Cómo está Marko Cortés, líder nacional del PAN, realmente moldeando la oposición? Su colaboración en el Frente Amplio por México se supone que es un ejemplo de unidad contra el partido guinda. Sin embargo, la verdadera pregunta es si esta alianza es genuina o sólo una estrategia de supervivencia política. ¿Puede Cortés convivir con Alejandro Moreno, del PRI, y Jesús Zambrano, del PRD, en un frente unificado que presente una alternativa real al gobierno de Morena, más allá de este 2 de junio? Ha tenido tiempo para demostrar su capacidad de liderazgo, pero el PAN no se ve muy contento que digamos.